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martes, 24 de enero de 2012
Más democracia: pedimos consultas populares en línea. - Actuable
La libertad es considerada casi siempre desde el punto de vista privado en lugar de público, o se acaba reduciendo al ámbito privado. La libertad de expresión por ejemplo, suele referirse al derecho que tiene cada uno de expresar su opinión sobre cualquier tema, en particular sobre temas de interés público, de forma cotidiana. Observemos que en la mayoría de casos se tratará de poder opinar libremente en la calle, no ser objeto de discriminación en el trabajo en razón de sus ideas, poder expresarse en los medios de comunicación o por cualquier otro medio sin temor a represalias o sanciones de ningún tipo. En definitiva, se tratará de tener ciertas garantías en el uso habitual de su derecho en tanto que persona cuya vida cotidiana genera oportunidades de ejercer ese derecho en la calle, en el trabajo y en general en sociedad, pero formando parte de las actividades privadas del individuo más que guardando relación alguna con su condición de ciudadano, en la dimensión de sujeto político. De hecho, a un ciudadano como tal, le importa más poder expresar su voluntad que su opinión. Sin embargo, la libertad de los ciudadanos en tanto que tales, es decir en tanto que depositarios de una fracción de la soberanía colectiva, se ve gravemente limitada tanto a la hora de expresar una opinión como a la hora de expresar una voluntad. Ejemplo de esto es la infrecuencia de consultas populares, vinculantes o no, en las que el ciudadano pueda expresar su preferencia o su legítima voluntad (siendo partícipe de una decisión colectiva). En conclusión, se da un grave déficit democrático que hasta ahora ha venido pasando desapercibido o fue asumido con resignación mientras faltaba la herramienta que pudiera remediarlo (internet), o bien resultaba poco operativa (en papel). Se trata pues de tomar conciencia individual y colectivamente de esta anomalía, y de pedir a nuestros representantes políticos que tomen nota de nuestra voluntad democrática e impulsen la institucionalización de las consultas populares en línea. A día de hoy no se puede justificar que como ciudadanos no podamos decidir lo que queremos, colectivamente, votando desde casa por ordenador.
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