1. Cuando el empresario decide pagar pongamos 60.360 euros anuales a un nuevo empleado, llega el Estado a pedir su parte. En este caso, la empresa paga 60.360 euros anuales, el empleado solo recibe unos 34.000 euros anuales netos, el resto se lo queda el Estado, entre Seguridad Social y retenciones del IRPF. Este es un ejemplo de unos números que llegaron a mis manos recientemente, no es el sueldo medio en el país ni mucho menos, es solo un ejemplo. No me extraña que haya mileuristas y que gente joven y preparadísima se quejen de su baja remuneración, ya que entre la empresa y el empleado se pierde normalmente casi el doble del importe neto recibido.
2. Cuando hablas con pymes, sobre sus experiencias en la contratación, te encuentras con que la relación entre empleados y empleadores es razonablemente buena, pero que existe una pequeña cifra de 'aprovechados'. ¿Que es un aprovechado? Pues aquel que se aprende todas y cada uno de las múltiples leyes y normas laborales generales y sectoriales y se convierte en un especialista de saber todo lo que debe hacer para no tener que trabajar. Ni el mejor abogado laboralista en España saben tanto como estos especialistas que en lugar de pensar en como trabajar lo mejor posible, están todo el tiempo detectando fallos o rigideces en el sistema, en temas de absentismo, en bajas, en no hacer su trabajo, etc. Consecuencia: su trabajo deben hacerlo otros compañeros de trabajo que en la mayoría de caso cobran mucho menos. ¿Alguien me dirá? Pero si estos casos son mínimos. Nadie sabemos si es un 1% o un 2% o un 3%, pero si que sé que esto desincentiva y desmoraliza al empleador, y se siente tan engañado que difícilmente contratará a 10 nuevos empleados si pensaba hacerlo, ya que seguramente uno de ellos será así. El sistema actual defiende al vago y perjudica al responsable y trabajador. Si un empleado no quiere trabajar y es suficientemente conocedor de todos los entresijos del sistema, realmente lo conseguirá. El empleador en este caso no puede echarlo, debe pagar a otro que haga su trabajo y además desmotiva a todo el departamento en el que trabaja. Y no exagero porque yo en mi vida me he encontrado a muchos perfiles de este tipo en grandes y medianas empresas. Seguro que vosotros conocéis también a muchos.
3. El elevado coste del despido, en el caso de una antigüedad de muchos años en la empresa, genera unas obligaciones financieras futuras que, si los empresarios las contabilizasen, quizás la mayoría de negocios en España sufrirían perdidas. Cuando un empleador decide prescindir de un trabajador con 20 años de antigüedad, experimenta este enorme pasivo financiero que no tenia contabilizado y le recuerda que no se atreva a contratar a ningún empleado mas, ya que esta adquiriendo unos pasivos enormes. En esta crisis he hablado con muchos empresarios que han endeudado la empresa y con avales personales, para poder reducir un porcentaje de la plantilla, poniendo en riesgo a toda la empresa y por tanto al resto de empleados, y a su familia claro.
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